CONCLUSIÓN

En resumen, este curso de gestión educativa ha desempeñado un papel fundamental en mi desarrollo como normalista al proporcionarme herramientas conceptuales y metodológicas esenciales dentro del quehacer docente, donde al estar inmersa en el proceso de prácticas profesionales en el séptimo semestre era necesaria la participación activa en los procesos organizativos escolares, contemplando las necesidades del Jardín de niños y la comunidad, brindando una experiencia práctica y reflexiva en las dinámicas educativas que debía realizar dentro de la institución, de esta manera pude  interactuar eficazmente con los diversos actores de la comunidad educativa (padres de familia, docentes frente a grupo y directivo), con el propósito de establecer el alcance de metas y objetivos educativos.

Esto implica no solo la identificación de logros y áreas de mejora, sino también la propuesta de soluciones creativas e innovadoras que mejoren la experiencia educativa, centradas en los intereses y necesidades de los alumnos, basado en proyectos, tal y como lo propone el plan de estudios 2022.

En un entorno donde los incidentes críticos en los centros educativos son una realidad diaria, la formación integral proporcionada por este curso se vuelve esencial. La capacidad para reconocer y abordar estos desafíos desde diversas perspectivas, analizando las complejidades de la vida escolar como docente frente a grupo, en una sociedad diversa, demuestra ser una respuesta pertinente y necesaria ante las cambiantes demandas de la educación.